Cádiz sabe a besos. Besos de sobrinos, de sabor muy dulce, abrazos sinceros, de algodón de azúcar, sin compromisos, sin reglas establecidas. Son besos que me traigo pegados al alma, que me duran meses, hasta la próxima vez.
Ésta vez, fuimos a conocer a la benjamina Julieta, que ya nos recibió con sus primeros gorgoritos y que tambien promete ser una buena sobrina "on line"