12 de mayo, "que donde haya una enfermera, haya una sonrisa, y donde haya una sonrisa, haya una rosa". Así terminó Santiago García Ramos la primera entrevista que me hizo hace ya 13 años en Radio Las Palmas con motivo de éste día, creando sin saberlo una costumbre que perduraría años entre nosotras. Y ahí empezó ésta tradición de repartir rosas a nuestros pacientes, tan nuestra, tan de la planta 2, aunque se reparta en todo el hospital, porque es de la 2B-I, de los Hermanos, de Santiago, y de nuestros pacientes, que lo viven con nosotras año tras año, sin trampa ni cartón.
Las compañeras se van contagiando y los pacientes se emocionan cada 12 de mayo, y las lágrimas son sinceras y la emoción se siente en el ambiente, ¡Es enfermería poro a poro de la piel!, las vocaciones se renuevan y los alumnos aprenden que los sentimientos tambien cuentan en éste trabajo. No hay que hacerse duro, eso es lo que quema a un profesional, hay que dejar que nuestra comprensión llegue hasta los que sufren al otro lado del pasillo, ser capaces de dar ese cuidado que todos precisaremos alguna vez, conscientes que cuando una persona está en nuestras manos está desposeida del más preciado tesoro que todos tenemos: la salud.
Precioso mensaje el de la sonrisa, el de la rosa. Ojalá que todos lo sepamos entender. A pesar de que a veces las rosas tengan espinas, merece la pena arriesgarse con ellas.
